En esta era de llamadas de vídeo y reuniones virtuales, es importante establecer algunas reglas básicas de etiqueta para Zoom. Un dilema común es si es apropiado tener tu cámara encendida durante una llamada. ¿Y qué debes hacer si todos los demás tienen su cámara apagada?
En primer lugar, es esencial tratar a los demás con respeto y actuar de acuerdo con la Regla de Oro: trata a los demás como te gustaría ser tratado. Presionar a alguien para que encienda o apague su cámara nunca es aceptable. Si alguien prefiere mantener su cámara apagada, respeta su decisión. Pueden tener razones válidas, como no sentirse preparados para aparecer en cámara o tener un fondo desordenado.
Sin embargo, si estás en una posición de autoridad, como un jefe o un organizador de reuniones, puedes establecer expectativas sobre el uso de la cámara de antemano. Puedes establecer una política para toda la empresa, indicando que las cámaras deben estar encendidas durante las reuniones a menos que haya una razón válida para apagarlas. Alternativamente, puedes especificar en la invitación de la reunión que te gustaría que todos tuvieran sus cámaras encendidas durante ciertos segmentos.
Recuerda, sin embargo, que si impones una regla de encender la cámara, debes estar preparado para distracciones y falta de concentración, ya que las personas realizan múltiples tareas o se dedican a actividades no relacionadas con la reunión en sus pantallas.
¿Deberías unirte a una reunión con la cámara encendida cuando todos los demás la tienen apagada? La elección es completamente tuya. Algunas personas prefieren la conexión y participación de ver caras en la pantalla, mientras que otras se sienten más cómodas con su cámara apagada. Es importante respetar las preferencias de todos y no juzgar a los demás por sus elecciones.
En las reuniones uno a uno, generalmente se espera tener la cámara encendida como configuración predeterminada. Si prefieres no tener una cámara en una conversación uno a uno, sugiere una llamada telefónica tradicional en su lugar.
En última instancia, no parece haber un fin definitivo a la prevalencia de las llamadas de vídeo y las reuniones. Se han convertido en una parte estándar de nuestras vidas, y es crucial adaptarse y establecer pautas respetuosas para todos los participantes.
Fuentes:
– Conocimiento personal y experiencia del autor.
– “Querida Lizzy: etiqueta de la cámara en Zoom y dejarse llevar por Jazzercise” de Lizzy Acker.
