Uno de los retos más interesantes a los que tiene que hacer frente el periodismo –y la sociedad en general– es cómo distinguir los textos e imágenes generados con inteligencia artificial (IA) de los creados por humanos y que reflejan la realidad.
La ingeniera robótica Kate Darling, una de las referencias a nivel mundial en este campo, explica que aunque los robots puedan parecer humanos, en algún momento se capta algo sutil que causa inquietud y desasosiego. Esa percepción, denominada “valle inquietante”, surge cuando algo no encaja y provoca rechazo.
El caso de una fotografía generada por IA publicada en el diario La Vanguardia el pasado 21 de agosto ilustra este desafío. Un lector se percató de que la imagen, que mostraba un encuentro entre Johan Cruyff y Armand Carabén hace 50 años, tenía un tratamiento excesivo y parecía irreal. El lector cuestionó por qué se publicó una foto falsa generada por IA sin previo aviso.
El equipo de producción del diario admitió que recurrió a un programa de tratamiento de imágenes para mejorar la calidad y los tonos de la fotografía, que tenía una resolución insuficiente. Sin embargo, el resultado final fue una imagen distorsionada con un contraste excesivo, creando una sensación de irrealidad. Este fenómeno, conocido como el “valle inquietante”, fue percibido tanto por la ingeniera Darling como por algunos lectores.
La imagen ha sido reemplazada por la original en la edición digital y el equipo de producción ha decidido no usar nuevamente el programa de tratamiento que distorsionó la fotografía. Esta situación destaca la importancia de distinguir entre imágenes generadas por IA y las creadas por humanos para preservar la veracidad y la confiabilidad en el periodismo.
Fuentes:
– La Contra: entrevista a Kate Darling
– La Vanguardia: artículo sobre la imagen generada por IA
