La fotografía tiene la capacidad de capturar momentos y transmitir historias que van más allá de lo evidente. En un artículo reciente, el autor reflexiona sobre una fotografía en blanco y negro tomada en 1915, durante una “entrega de petróleo” en un pequeño pueblo llamado Normangee. Aunque la imagen puede parecer insignificante a simple vista, contiene elementos que nos invitan a reflexionar sobre una importante transición histórica.
El autor hace referencia a los conceptos de “studium” y “punctum” propuestos por Roland Barthes en su libro “La cámara lúcida”. El “studium” se refiere al interés educado que surge al observar una imagen, mientras que el “punctum” es un detalle que nos impacta de manera inesperada y personal. En este caso, el autor se sintió atraído por la fotografía debido a su relevancia histórica y a un detalle aparentemente azaroso: la mirada del caballo blanco hacia la cámara.
En la imagen, se puede observar una escena en la que tres personas, tres caballos y dos carretas cargadas de barriles de petróleo ocupan el centro de la atención. Esta fotografía representa la transición entre dos eras: la de los caballos como principal medio de transporte y el advenimiento del petróleo como combustible para los automóviles. Esas carretas de reparto de petróleo son como una bisagra que une un pasado basado en la tracción animal con un futuro impulsado por la maquinaria.
El autor reflexiona sobre cómo el petróleo se ha convertido en una de las principales unidades de medida de la riqueza contemporánea. Los precios del petróleo impactan en la economía mundial y determinan crisis, inflaciones, créditos internacionales y alianzas geopolíticas. El caballo, que una vez fue un factor clave en la expansión de los imperios y la conquista de América, se ha convertido en un animal de entretenimiento en hipódromos y paseos turísticos.
Sin embargo, el autor muestra preocupación por el futuro. La inteligencia artificial y la robótica amenazan los trabajos humanos, y la automatización conlleva una soledad más profunda y un panorama laboral más limitado. Aunque se plantean escenarios futuros en los que interactuaremos con tecnologías como ChatGPT o nos refugiaremos en experiencias virtuales, también existe el peligro de perder nuestra identidad y propósito en un mundo dirigido por máquinas.
En definitiva, esta fotografía del pasado nos invita a reflexionar sobre el presente y el futuro. ¿Qué pasará con nosotros cuando las máquinas asuman tareas cada vez más importantes en nuestra vida cotidiana? ¿Nos convertiremos en meros “caballos” que transportan el combustible informático de las máquinas que nos reemplazan? Estas preguntas nos interpelan e invitan a considerar la importancia de mantener nuestra humanidad frente al avance tecnológico.
Fuentes:
– Barthes, R. (1980). La cámara lúcida. Nota sobre la fotografía.
– Comensal, J. (2021). La fotografía como testigo de la transición histórica.