Una pregunta fundamental se plantea en las audiencias previas al esperado juicio contra los acusados de los ataques del 11 de septiembre de 2001: ¿Son válidas las confesiones obtenidas bajo sospecha de tortura? Según los defensores de los presos, su respuesta podría tener un impacto significativo en el caso.
La cuestión no se refiere a las declaraciones obtenidas mediante las técnicas de interrogatorio mejoradas utilizadas por la CIA en sus centros de detención clandestinos después de la captura de los presos en 2002 y 2003. Estas técnicas hicieron que lo que dijeron en ese momento fuera inválido.
La comisión militar encargada del caso del autoproclamado “cerebro” del 11-S, Khalid Sheij Mohamed (KSM), y otros tres presuntos cómplices se ha centrado en lo que revelaron al FBI una vez que ya estaban en la prisión de la Base Naval de Guantánamo, adonde llegaron en 2006.
El FBI y la CIA, bajo escrutinio
La administración del expresidente republicano George W. Bush envió a agentes que se consideraban “limpios” para interrogar a los prisioneros, según explica el abogado James Connell, representante de uno de los acusados, Ammar al-Baluchi.
El equipo legal de Connell y los demás acusados intentan demostrar que esta aparente “limpieza” solo era superficial. “Nuestra postura es que la CIA y el FBI coordinaron sus acciones de tal manera que cuando el FBI los interrogó en 2007, se aprovecharon del daño infligido a estos hombres”, argumenta.
No solo se aprovecharon, sino que el FBI también habría participado de manera remota en los interrogatorios durante años, y algunos miembros del nuevo equipo tenían vínculos con la CIA, lo que podría comprometer las nuevas declaraciones.
Según Connell, “para algunos de los acusados, estas declaraciones son una parte muy, muy importante del caso. Si el Gobierno no puede contar con ellas, dependiendo de la persona, no tendría muchas pruebas. Por lo tanto, este tema es crucial”, recalca.
Preguntas frecuentes
¿Son válidas las confesiones obtenidas bajo sospecha de tortura?
La validez de las confesiones obtenidas bajo sospecha de tortura es objeto de debate en el caso de los acusados de los ataques del 11 de septiembre. Los defensores argumentan que estas confesiones podrían no ser admisibles debido a la forma en que fueron obtenidas.
¿Cuál es la postura de los defensores de los presos?
Los defensores de los presos argumentan que las declaraciones obtenidas después de la tortura y el abuso de los presos pueden estar comprometidas y deben ser cuestionadas en el juicio. Ellos sostienen que el FBI y la CIA coordinaron sus acciones de tal manera que se aprovecharon del daño sufrido por los hombres.
¿Cuál es la importancia de estas declaraciones en el caso?
Para algunos de los acusados, las declaraciones obtenidas después de la tortura son cruciales, ya que constituyen una parte fundamental del caso en su contra. Si el Gobierno no puede contar con estas declaraciones, la cantidad de pruebas en su contra se vería significativamente reducida. Por lo tanto, es un tema clave en el juicio.