Rogelio Bernal Andreo, nacido en Murcia en 1969, hizo un cambio radical en su vida a temprana edad al dejar de lado sus estudios de informática en la Universidad de Murcia para embarcarse en una nueva aventura en la lejana ciudad de Harvard. El destino lo llevó desde la costa este de Estados Unidos hasta la oeste, todo por amor, durante la época dorada de las empresas punto com en Silicon Valley. Aunque su experiencia laboral en compañías como Netscape y eBay no lo catapultaron a la fama mundial, fue su pasión por la astrofotografía lo que le abrió las puertas para convertirse en el fotógrafo de las estrellas de verdad.
Años después de su primera instantánea, Rogelio cuenta con numerosos premios y colaboraciones en medios internacionales. Visita su localidad natal como un reconocido astrofotógrafo, pero las estrellas capturadas en sus imágenes van más allá de la magia ficticia de Hollywood.
A pesar de este éxito, surge la pregunta de si Rogelio ha sacrificado su carrera en el mundo tecnológico por la astrofotografía. Según él, no fue una decisión abrupta, sino que poco a poco se fue sumergiendo en el mundo de la astrofotografía hasta que se convirtió en su principal actividad, dejando atrás la añoranza del mundo corporativo.
Una de las fotografías por las que Rogelio se siente más orgulloso es la de la galaxia de Andrómeda, la cual reveló nubes rojas que no habían sido detectadas ni fotografiadas previamente. Este hallazgo resultó ser una sorpresa ya que Andrómeda es una de las galaxias más estudiadas y se creía que no había nada más por descubrir.
El toque personal de Rogelio se caracteriza por buscar composiciones únicas al tomar fotos de galaxias y nebulosas, combinando varios objetos astronómicos en una sola imagen. Además, se enfoca en capturar elementos con poca luz que a menudo no son visibles en otras astrofotografías.
A pesar de los rumores de que las astrofotografías están demasiado procesadas y no reflejan la realidad, Rogelio asegura que intenta representar los verdaderos colores en sus imágenes. Aunque es cierto que, al procesar las fotos, es necesario aumentar el brillo para poder distinguir los objetos astronómicos, él busca respetar los datos capturados sin tomar licencias excesivas.
Rogelio no teme que la belleza de sus fotos reduzca su valor científico, ya que se esfuerza por capturar imágenes que muestren la realidad tal como es, sin trucos ni modificaciones. Sus fotografías no solo impresionan visualmente, sino que también fomentan la reflexión y pueden tener un impacto divulgativo.
En cuanto a sus proyectos con agencias espaciales, Rogelio ha colaborado con la NASA al tener más de 80 de sus instantáneas publicadas en la sección “Astronomy Picture of the Day”. Además, tuvo la oportunidad de participar como independiente en un proyecto de la NASA que buscaba colocar un telescopio en la Luna. Aunque inicialmente se pensó que sería un proyecto exitoso, la decisión de qué equipos instalar llevó a que se cancelara después de gastar millones de dólares.
Rogelio Bernal Andreo es un ejemplo de cómo seguir una pasión puede llevar a descubrimientos sorprendentes y reconocimiento a nivel internacional. Su trayectoria demuestra que la astrofotografía no solo es una forma de capturar la belleza del universo, sino que también puede tener un valor científico y divulgativo significativo.