La inteligencia artificial (IA) se perfila como la próxima frontera de la productividad, con un inmenso potencial económico en todas las industrias. Para que esto se haga realidad, la IA debe ser responsable. Según Mapfre, la IA ha penetrado profundamente en nuestras vidas, desde la tecnología que usamos hasta el mundo empresarial, y su desarrollo ha sido estudiado y respaldado durante más de una década.
Las fuertes inversiones de las grandes empresas tecnológicas en investigación y desarrollo están impulsando los avances en este campo. De acuerdo con las estimaciones de Precedence Research, se espera que el mercado de la IA crezca a una tasa anual del 38.1% desde 2022, alcanzando los 1.591 mil millones de dólares en 2030.
La IA generativa se ha vuelto especialmente relevante gracias a aplicaciones como ChatGPT, Stable Diffusion y GitHub Copilot. Según el estudio de Boston Consulting Group, para 2027, se espera que el mercado de la IA generativa alcance los 121 mil millones de dólares, con una tasa anual de crecimiento del 68%.
La IA tiene un impacto significativo en todos los sectores industriales. En el sector de seguros, según McKinsey, se prevé un impacto de entre 50 y 70 mil millones de dólares al año. Otros sectores, como el bancario, aumentan esta cifra hasta los 200-340 mil millones de dólares.
Impulsando un desarrollo sostenible
El uso responsable de la IA se considera una prioridad para la mayoría de las organizaciones. Sin embargo, la falta de regulación y guías prácticas para su buen uso preocupa a los implicados. Es fundamental mitigar los riesgos asociados a la IA para evitar pérdidas económicas y reputacionales, daños físicos y problemas de seguridad digital.
Para lograr esto, es necesario establecer buenas prácticas, estándares y servicios para la evaluación, seguimiento y mitigación de los riesgos. A medida que aumente la adopción de la IA y se implementen regulaciones, cumplir con estas normas se convertirá en una prioridad. La IA responsable debe ser una pieza fundamental en la agenda empresarial, independientemente de su tamaño o actividad económica.
Fuente: Mapfre
