Río de Janeiro (EFE).- Fluminense vivió un emocionante encuentro con sus fanáticos el domingo en el centro de Río de Janeiro durante la celebración oficial del título de la Copa Libertadores de fútbol, conquistado el pasado 4 de noviembre ante Boca Juniors. La ciudad fue testigo de una auténtica ola de entusiasmo mientras una caravana, liderada por un “trío eléctrico” que es la denominación brasilera de los camiones gigantes de sonido, recorrió las calles al ritmo de la música de varios grupos de batucada del Carnaval carioca.
Aunque el equipo entero fue aclamado por los fanáticos, el lateral Marcelo, que también ha ganado la Liga de Campeones de Europa con el Real Madrid, el goleador argentino Germán Ezequiel Cano, el veterano capitán Felipe Melo, y el técnico Fernando Diniz fueron los más ovacionados. La emoción desbordó a Fluminense, especialmente después de su empate en el derbi carioca contra Flamengo el día anterior.
En uno de los momentos más conmovedores, Diniz descendió del camión y se unió a los fanáticos en muestra de cercanía. Además, algunos aficionados llevaron un ataúd de cartón con los colores y el nombre de Boca Juniors, su oponente en la final, como una forma de no olvidar el gran logro conseguido.
El entrenador Diniz expresó su gratitud y emoción, destacando que este título tiene un significado especial para él y para el club después de la final perdida en 2008. Según informes, alrededor de 100.000 seguidores se unieron a la celebración, desafiando temperaturas cercanas a los 40 grados centígrados en un evento que duró más de tres horas.
La victoria en la Copa Libertadores marca un hito en los 120 años de historia de Fluminense y consolida su lugar en la elite del fútbol sudamericano. Ahora, el desafío para el club será mantener el impulso y buscar logros aún mayores en el futuro cercano.