El alcalde de Nueva York, Eric Adams, ha lanzado un llamamiento urgente al Gobierno central para controlar el flujo migratorio que ha llegado masivamente a la ciudad. En declaraciones recientes, Adams afirmó que la inmigración podría “destruir Nueva York”. Según el alcalde, alrededor de 10.000 inmigrantes están llegando mensualmente a la ciudad y si esta situación continúa, se enfrentarán a un déficit fiscal de 12.000 millones de dólares para el próximo año, lo que resultará en la reducción de servicios para las comunidades de los cinco condados.
Las palabras de Adams han generado controversia en las redes sociales, ya que algunos usuarios critican su postura beligerante hacia los inmigrantes, considerando que no fue ese el discurso que le llevó a la Alcaldía. Sin embargo, Adams asegura que la protección de los inmigrantes sigue siendo una prioridad y que Nueva York continuará siendo un santuario para ellos.
Desde que comenzó el flujo migratorio, que inicialmente estaba compuesto principalmente por venezolanos pero que ahora también incluye a personas de África Occidental, han llegado a la ciudad alrededor de 110.000 inmigrantes, de los cuales 60.000 están bajo el cuidado de la administración de la ciudad. Este gran número de personas ha obligado a la ciudad a buscar lugares de alojamiento improvisados, como hoteles, campos de fútbol y antiguas escuelas.
La ayuda económica por parte del Gobierno federal todavía no ha llegado, a pesar de los reclamos tanto del alcalde Adams como de la gobernadora Kathy Hochul. Adams también ha criticado a Hochul por no emitir una orden que obligue a otras jurisdicciones estatales a recibir inmigrantes.
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