El Co-op, el quinto minorista de alimentos más grande del Reino Unido, ha anunciado una prohibición del uso de cámaras de CCTV chinas en sus supermercados debido a preocupaciones sobre problemas éticos y riesgos de seguridad. La empresa planea eliminar progresivamente todas las cámaras suministradas por la empresa china Hikvision, la cual ha enfrentado acusaciones de vigilancia y represión de los musulmanes uigures, así como la posibilidad de que China acceda a los datos de estas cámaras.
Esta medida sigue a acciones similares tomadas por cadenas de supermercados como Tesco, Marks & Spencer, Morrisons e Iceland, así como la decisión del gobierno del Reino Unido de dejar de instalar cámaras de CCTV vinculadas a China en edificios sensibles. Hikvision ha sido prohibida de suministrar su tecnología en Estados Unidos por ser considerada un riesgo para la seguridad nacional. La legislación china obliga a las empresas a colaborar con la labor de inteligencia estatal.
En una carta a Big Brother Watch, un grupo que aboga por una prohibición nacional de cámaras de CCTV chinas, el Co-op confirmó que ya no instalará hardware de Hikvision y eliminará las cámaras existentes cuando sean reemplazadas o durante remodelaciones de tiendas. El Co-op aclaró que nunca tuvo una relación directa con Hikvision, sino que había instalado sus cámaras a través de un socio de seguridad. No se ha utilizado ningún software de Hikvision y, por lo tanto, no se ha compartido datos con la empresa.
El Co-op ha optado por adquirir hardware de cámaras de la empresa surcoreana Hanwha como alternativa. Aunque esta decisión ha sido acogida positivamente por Big Brother Watch, critican al gobierno y las autoridades públicas por no tomar medidas similares. El uso generalizado de cámaras de Hikvision en entidades públicas, incluidas escuelas, es una gran preocupación. Una encuesta realizada a principios de este año reveló que incluso las fuerzas policiales tienen cámaras fabricadas en China, incluido equipo de Huawei.
Hikvision ha afirmado que no representa una amenaza para la seguridad nacional y ha cumplido con las regulaciones del Reino Unido. La empresa vende sus productos a través de socios de distribución, lo que significa que no tiene acceso a los datos de los usuarios finales ni la capacidad de compartirlos. Hikvision ha colaborado con gobiernos para abordar malentendidos con respecto a las acusaciones de violaciones de derechos humanos. Sin embargo, persisten los llamados a una prohibición británica de Hikvision y a una revisión del impacto de la CCTV moderna en la privacidad y seguridad del Reino Unido.
Fuentes:
– The Guardian
– BBC News