Tres artistas, Kelly McKernan, Karla Ortiz y Sarah Andersen, han presentado una demanda contra varias empresas que desarrollan herramientas de inteligencia artificial (IA). Estas herramientas son capaces de generar obras de arte similares a las de los artistas, utilizando como base una gran cantidad de imágenes digitales. Alegan que esto viola sus derechos de autor y amenaza su sustento económico. Esta demanda, que actualmente espera una decisión judicial, podría ser un caso emblemático para todos los creadores que se enfrentan a la explotación de su trabajo por parte de la IA.
Kelly McKernan, una de las demandantes, descubrió imágenes generadas por IA que imitaban su estilo artístico al introducir su nombre en un motor de IA. A medida que más artistas se dieron cuenta de esta situación, McKernan, Ortiz y Andersen decidieron tomar acción legal. Aunque reconocen la importancia y el potencial de la IA, no quieren que su trabajo sea utilizado sin su consentimiento y sin recibir compensación por ello.
Stability AI, la empresa acusada en la demanda, afirma que sus imágenes generadas por IA son únicas y se crean a partir de indicaciones de palabras simples. Sin embargo, las artistas argumentan que estas imágenes compiten directamente con las obras originales y violan sus derechos de autor.
El caso ha llamado la atención sobre el tema más amplio de cómo los creadores de todo tipo, desde artistas hasta actores y músicos, pueden proteger sus derechos de autor frente al avance de la IA. Si la demanda tiene éxito, sentaría un precedente importante para el futuro de los derechos de autor en la era de la IA.
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