Los artistas visuales están tomando medidas legales contra las compañías que utilizan su obra de arte para entrenar generadores de imágenes de inteligencia artificial (IA). Kelly McKernan, una artista conocida por sus pinturas vibrantes y surrealistas, es una de las tres artistas que lideran la demanda contra los fabricantes de herramientas de IA. El caso, que actualmente espera una decisión de un juez federal de San Francisco, destaca la creciente preocupación entre los creadores respecto al uso no autorizado de su trabajo por parte de sistemas de IA.
La identidad artística en riesgo
El estilo distintivo de McKernan, caracterizado por colores audaces y figuras femeninas, llamó la atención de imágenes generadas por IA que se asemejaban estrechamente a su trabajo. Estas imágenes generadas por IA se crearon alimentando su nombre en motores de IA. Esta tendencia perturbadora alarmó a McKernan y a otros artistas, que vieron en peligro su identidad creativa debido a la proliferación de contenido generado por IA que imita sus estilos únicos.
Unión de artistas en batalla legal
En enero, las artistas Kelly McKernan, Karla Ortiz y Sarah Andersen presentaron una demanda contra Stability AI, el creador del generador de texto a imagen Stable Diffusion, junto con otros fabricantes de herramientas de IA como Midjourney y la galería en línea DeviantArt. Las artistas alegan que estos generadores de imágenes por IA infringen sus derechos de autor al producir obras derivadas que compiten directamente con sus creaciones originales.
El rápido avance e impacto de la IA
El aumento de los generadores de imágenes se puede atribuir en parte a bases de datos como la Large-scale Artificial Intelligence Open Network (LAION), que facilita el entrenamiento de modelos de IA utilizando una gran cantidad de imágenes de acceso público. Si bien el creador del proyecto, Christoph Schuhmann, reconoce las preocupaciones de los artistas, enfatiza la inevitabilidad de que el contenido generado por IA se vuelva indistinguible del contenido creado por humanos. Este desarrollo plantea desafíos para los creadores en diversos campos, desde artistas hasta actores, escritores y músicos, a medida que intentan proteger su propiedad intelectual de la explotación por parte de la IA.
El dilema de la infracción de los derechos de autor
La demanda desafía los límites éticos y legales del uso de contenido con derechos de autor por parte de la IA. Stability AI y otros demandados argumentan que crean imágenes completamente nuevas y únicas, utilizando comandos de entrada que resultan en resultados distintos. Sin embargo, las artistas afirman que estas imágenes generadas a menudo se asemejan demasiado a sus obras originales, planteando preguntas sobre la violación de los derechos de autor.
El elemento humano
Karla Ortiz, una artista conceptual e ilustradora de la industria del entretenimiento, enfatiza el papel vital que los artistas humanos desempeñan en la creación de contenido visual para películas y otros medios. Ortiz teme que el aumento del contenido generado por IA pueda llevar a una disminución de oportunidades y compensación para los artistas humanos, ya que las imágenes creadas por IA se vuelven más rentables para los empleadores.
Una batalla por la integridad artística
A medida que la batalla legal se desarrolla, artistas como McKernan y Ortiz siguen comprometidos con la preservación de la esencia de la creatividad humana y la expresión artística. Argumentan que el toque humano único que los artistas aportan a su trabajo no se puede replicar por la IA y que proteger la integridad de sus creaciones es esencial para el futuro de su profesión.
Anticipando el futuro
El resultado de la demanda contra los fabricantes de herramientas de IA podría sentar un precedente sobre cómo se protegen los derechos de los creadores frente a los avances de la IA. Los artistas no buscan obstaculizar el desarrollo de la IA, sino asegurarse de que su trabajo no sea explotado sin su consentimiento. A medida que los límites entre el contenido generado por IA y el creado por humanos siguen difuminándose, la batalla legal entre artistas y compañías de IA pone de manifiesto el debate más amplio sobre la intersección de la tecnología, la creatividad y los derechos de propiedad intelectual.
Fuentes:
– [Fuente 1]
– [Fuente 2]